
La siembra de maíz temprano comenzó a tiempo en muchas zonas, pero las condiciones posteriores no fueron favorables. Faltaron las lluvias clave para asegurar un buen stand de plantas, un aspecto importantísimo en este cultivo, que es muy dependiente de la óptima calidad de implantación.
Sin embargo, la falta de lluvias no es la única limitante para un nacimiento óptimo. Hay otros factores, bióticos y abióticos, que lo complican, como detalla un pormenorizado informe del área de Desarrollo Técnico de DEKALB, que se resume en esta nota, que hace foco en el “enrulamiento” del maíz.
Las temperaturas frías de los suelos, condición que permaneció hasta bien entrada la primavera en muchas zonas en las que se está sembrando o se está por sembrar el cereal, es uno de los causantes de este problema, el primero del tipo sanitario que se presentó en el actual ciclo agrícola.
Este proceso fisiológico consiste en un daño prematuro del tallo incipiente, que crece por debajo de la superficie del suelo y que porta la primera hoja de la planta de maíz. Por ese daño se produce un crecimiento anormal del microtallo (un retorcimiento o enrulamiento), que a su vez genera disparidad en el stand de plantas.
Entre las condiciones ambientales que favorecen este tipo de daño, se incluye la exposición prolongada a temperaturas del suelo menores a 10° o, también, una marcada amplitud térmica.
En este sentido, los productores deben estar muy atentos a los síntomas de este daño, sobre todo porque la irregularidad en el nacimiento causa desigualdad en la captura de recursos por parte de las plantas y, de esa manera, afecta severa y tempranamente el rendimiento potencial del cultivo.

Por otra parte, debe tenerse en cuenta que el daño por enfriamiento en la germinación también puede ser causado y aumentado por otros factores muy comunes en el manejo actual del cultivo.
Por ejemplo, intentando encontrar la humedad necesaria para la siembra, muchos productores optan por poner la semilla a mayor profundidad. Pero cuando la planta brota a varios centímetros de la superficie, crecen las probabilidades de enrulamiento, porque demora más tiempo en lograr emerger.
El enrulamiento también puede ser causado por otros factores, como la fitotoxicidad surgida de la utilización incorrecta de herbicidas y fertilizantes, o por la compactación de los suelos.
En el caso de la compactación, es más frecuente en suelos de textura fina. En esas situaciones, podría realizarse algún tipo de labranza vertical, previa a la siembra, para ayudar a lograr una emergencia más pareja.
En cuanto a los fertilizantes nitrogenados, suelen generar problemas de toxicidad amoniacal de la semilla. Por eso, siempre es aconsejable ubicarlos lejos de ella.
En cuanto a la nutrición fosfatada, el posicionamiento adecuado es debajo y al costado de la semilla, para evitar inconvenientes.
Finalmente, herbicidas hormonales o cloroacetamidas también pueden provocar una alteración en el normal desarrollo del pequeño tallo que crece a nivel subsuperficial. Por ende, es aconsejable su aplicación en una ventana de tiempo alejada de la fecha de siembra.
En la producción de semillas, DEKALB lleva a cabo controles de calidad fisiológica y genética en cada una de las etapas del proceso, con los más altos estándares del mercado, técnicos altamente calificados y tecnología de última generación, para garantizar la mejor calidad del producto.
En campañas desafiantes como la actual, el rendimiento se construye planta por planta. Por eso, los especialistas de DEKALB están convencidos sobre la importancia de tener el mejor producto pero, también, información precisa, que ayude al productor a cuidar el óptimo crecimiento y desarrollo del maíz, desde el comienzo mismo de su ciclo.