El nuevo maíz VT PRO4 ya impulsa los rindes y la sustentabilidad

En la bonaerense San Andrés de Giles sumaron el DK 72-20 VT PRO4 como cultivo de segunda, sobre trigo, y están muy conformes con su productividad. Pero sus ventajas van más allá. Iván Pueyo, experto de Bayer, cuenta el caso en detalle.

 

En San Andrés de Giles, noroeste de la provincia de Buenos Aires, la nueva tecnología VT PRO4 de DEKALB está mostrando su versatilidad. Por un lado, se incorporó como maíz de segunda, sobre trigo, y mostró altos rendimientos, mientras que, por otro, apalanca de manera potente una rotación cada vez más sustentable.

El establecimiento donde se llevó a cabo esta experiencia, en la campaña que está terminando, forma parte de una dinámica empresa familiar que siembra entre 12.000 y 14.000 hectáreas (70% arrendadas y 30% propias) repartidas en diferentes lotes ubicados en un radio de 150 kilómetros alrededor de aquella localidad.

La empresa siembra 5.000 hectáreas de maíz, 1.500 en fechas tempranas y 3.500 como maíz tardío o de segunda, cuenta Iván Pueyo, responsable de Ventas de Eximia de Bayer, que atiende a este cliente.

“En esta campaña la empresa sembró unas 200 hectáreas como maíz de segunda para probar el nuevo híbrido DK 72-20 VT PRO4. Y están muy contentos porque les permitirá obtener rendimientos similares a los que logran con los lotes implantados en fechas tempranas”, contó Pueyo.

El especialista de Bayer puntualizó que los maíces tardíos suelen tener problemas por ataques de lepidópteros, que terminan impactando en el rendimiento. Pero los nuevos híbridos DEKALB con tecnología VT PRO4 ofrecen un control muy robusto de insectos como el gusano cogollero, la isoca de la espiga y el barrenador del tallo.

“Además, esto se alinea con uno de nuestros grandes objetivos, que es ser cada vez más sustentables, ya que permite reducir la aplicación de productos fitosanitarios y cuidar el consumo de agua, dos aspectos muy importantes en ese sentido”, señala Pueyo.

 

“Con híbridos VT PRO4 en siembras tardías se pueden obtener entre 2.000 y 3.000 kg/ha más en esta zona”, aseguró.
 

Está claro que estos nuevos híbridos se adaptan a la estrategia productiva y la rotación poco habitual que implementa esta empresa agrícola de San Andrés de Giles. Además, la potencia y la hace aún más sustentable.

El objetivo que se plantean con la rotación es tener el campo ocupado con cultivos durante todo el año. Comienza con la siembra de trigo en mayo, que se cosechará hacia el 15 de diciembre. Al día siguiente siembra maíz de segunda, que cosechará en agosto. Unos 30 a 45 días más tarde, en septiembre, comienza a implantar la soja de primera, cuya trilla realizará en abril. Y pocos días más tarde reinicia la rotación con el trigo.

En los 30 o 45 días en los que el suelo queda sin cultivo en pie, entre la cosecha del maíz de segunda y la siembra de soja, se pasa una rastra superficial que rompe la chala de maíz y algunas malezas nacidas. Luego hace una aplicación de un herbicida preemergente.

Pero la mejor tecnología en maíz va acompañada de un plus. En la búsqueda de obtener el mayor potencial en todos sus planteos, la empresa utiliza la plataforma FieldView para hacer siembra y fertilización variable en todos los cultivos.

Con todo esto, Pueyo no duda. Dice que esa rotación tiene varias ventajas desde el punto de vista de la sustentabilidad del sistema, pero que, además, se expresan en la productividad.

“Esta secuencia de cultivos es importante por la incorporación de carbono en el suelo, con dos gramíneas como el trigo y el maíz, así como por la fijación de nitrógeno de la soja para el trigo siguiente”, explica.

Pero no todo es tecnología. También el manejo hace un aporte importante. Allí, vale la pena detenerse también en la estrategia para el control de malezas, dentro de la cual incluyen la siembra a 35 cms entre hileras en todos los cultivos, incluyendo el maíz.

“Este distanciamiento le genera una fuerte competencia a las malezas, que deben pelear en el surco por la disponibilidad de luz. Así, claramente hay menor presencia de ellas. Y el hecho de tener menos implica que se reduce la necesidad de aplicar productos para controlarlas, lo que permite utilizar menos fitosanitarios, se generan menos envases vacíos, etc. Es decir, un círculo virtuoso de sustentabilidad”, cuenta el representante de Bayer.

Finalmente, para agregar otro dato a esta estrategia original para utilizar el novedoso maíz VT PRO4, vale la pena repasar la fertilización nitrogenada. En este punto, aplican entre 150 y 250 kg/ha de urea, así como un producto microencapsulado. Pero también recurre a la provisión de guano de tres granjas avícolas de la zona, realmente muy “pollera”.

“El guano es un descarte para la industria aviar, pero constituye una gran fuente de nitrógeno para el suelo. Es otro aporte que hace esta empresa para impulsar los rendimientos y hacerlo de manera sustentable”, afirma Pueyo.

Hoy, en San Andrés de Giles, los híbridos VT PRO4 ya son protagonistas, con una amplia adaptabilidad que les permite insertarse en diferentes planteos agrícolas, pero siempre aportando rendimiento y generando esquemas productivos cada vez más sustentables. ©

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