A partir de un esfuerzo conjunto con productores y socios estratégicos de la cadena agroindustrial, Bayer CropScience concretó el lanzamiento en la Argentina de la primera fase de su programa PRO Carbono, que apunta a aumentar el secuestro de carbono en el suelo mediante la adopción de prácticas agrícolas sustentables.
El objetivo del programa, a mediano plazo, es avanzar hacia la constitución de un mercado de carbono con los principales actores de la cadena e inversores de otros sectores, para consolidar una agricultura “carbono neutral” que apuntale el objetivo global de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Juan Farinati, líder de Operaciones Comerciales de Bayer CropScience Cono Sur, señaló que “la agricultura argentina ya es una de las más sustentables del planeta, pero hay aún margen de mejora”.
Durante la presentación oficial del programa, que reunió a referentes de la compañía, de la cadena agroindustrial y productores, indicó que cuando se intensifica el manejo a través de prácticas agronómicas sustentables, “aumentamos la posibilidad de extraer el valor real de cada germoplasma, produciendo cada vez de manera más responsable”.
“La agricultura argentina ya es una de las más sustentables del planeta, pero aún hay margen de mejora. ”
Farinati, que además fue el moderador del evento, dijo que en los últimos cinco años Bayer estuvo trabajando muy fuerte, desde el área de Investigación y Desarrollo, en el diseño de modelos de agricultura sustentable. La hoja de ruta comprendió un lanzamiento en Brasil, el año pasado, y luego poner en marcha todo lo necesario para poder lanzar oficialmente el proyecto también en la Argentina.
El líder de Bayer indicó que “este viaje tiene tres etapas más: en 2022 estimamos estar trabajando en todo lo que se refiere al lanzamiento y regulación de mercados de carbono. En 2023 avanzaremos en una escala comercial del modelo, generando stocks de carbono, y finalmente en 2024 apuntamos a tener ya en marcha el comercio de carbono, que le va a permitir al productor potenciar y combinar este concepto de sustentabilidad con el de mayor rentabilidad”.
Puente con productores

Una de las referentes que participó del evento fue Fernanda Otero, líder de Carbon Venture Operaciones Comerciales, de Bayer CropScience, quien explicó de qué manera la compañía “puede ser ese puente que acerque a los productores al mercado de carbono, transformando la sustentabilidad en un modelo de negocio”.
Dijo que, junto a los productores, los protagonistas de este nuevo ecosistema serán expertos, empresas de insumos, del sector financiero y compañías de otras industrias “que también apunten a lograr la neutralidad en las emisiones de carbono, como por ejemplo la industria alimenticia”. Además, indicó que seguramente se sumarán organismos internacionales y oficiales.
Pero antes de llegar a la existencia del mercado de carbono, Otero dijo que hay grandes desafíos de índole agronómica, científica y de mercado, que el programa PRO Carbono irá ayudando a superar.
“Pro Carbono puede ser un puente que acerque a los productores al mercado de carbono, transformando la sustentabilidad en un modelo de negocio.”
Entre las herramientas que tendrá a disposición, habrá una de validación socio-ambiental por medio de AgroTools, una empresa con amplia experiencia en Brasil y en Argentina. Su diagnóstico ayudará a los productores a validar sus prácticas y procesos.
Se sumarán las herramientas digitales, a través de FieldView (la plataforma de Bayer), como facilitadoras de la utilización de datos, diagnósticos, mapas de productividad y recomendaciones de manejo. En el futuro se añadirá allí el mapa de carbono, indicaron los especialistas.
¿Cómo funcionaría con un lote en particular? Ese lote debe pasar una validación socio ambiental. Para eso se utilizará FieldView, plataforma que también servirá para compartir los datos del lote durante tres años. Al comienzo se tomarán muestras de suelo, para determinar el punto de partida en términos de fertilidad y carbono.
Para el proceso, se asignará un consultor técnico, que hará un diagnóstico en base a la información recibida y se armará un plan de trabajo conjunto a tres años. El consultor ayudará en la implementación, para que el proceso sea exitoso, y al término del primer año se evaluarán los resultados, para considerar si el plan requiere algún ajuste.
La implementación se basará en la combinación de prácticas sustentables, como siembra directa, el uso de cultivos de servicio, rotación de cultivos y otros. Estas permitirán un mayor aporte de materia orgánica, minimizar la remoción del suelo e incrementar en él la diversidad de especies y microorganismos. Todo eso ayudará a aumentar el secuestro de carbono.
Se sumarán estrategias de fertilización, adopción de híbridos y genética de alta performance, ajuste de densidad por ambiente y monitoreo permanente para tomar las decisiones correctas.
En definitiva, el programa aportará cinco beneficios bien concretos, resumieron los expertos: diagnóstico socio ambiental para dar credibilidad y transparencia de cómo se hacen las cosas; datos digitalizados; muestras y análisis de suelo precisos; consultoría técnica profesional; y acceso a información estratégica a través de referentes y especialistas.
Sustentabilidad, un compromiso global
Por su parte, Mauricio Rodrigues, director de Operaciones Comerciales Bayer CropScience Latinoamérica, explicó que “hace unos años, la compañía asumió su compromiso global de sustentabilidad, con el propósito de contribuir en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura en un 30%”.
“Queremos ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura un 30%, reducir nuestro impacto ambiental con relación a los insumos otro 30%, y apoyar a 100 millones de pequeños agricultores en todo el mundo.”
Y precisó que el compromiso global de la empresa “se puede resumir en 30-30-100, que consiste en ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura en un 30%, reducir nuestro impacto ambiental con relación a los insumos en un 30% también y apoyar a 100 millones de pequeños agricultores para que puedan acceder a innovaciones, conocimientos y asociaciones en todo el mundo”.
Rodrigues indicó: “En Bayer partimos de la premisa de que no es necesario elegir entre sustentabilidad y rentabilidad. La sustentabilidad es una parte esencial de nuestro modelo de negocio y nuestra prioridad es generar un impacto real en nuestras operaciones”.
Carbono neutro y cadenas libres de deforestación
Luego llegó el turno del presidente de CIARA-CEC (la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y Centro de Exportadores de Cereales), Gustavo Idígoras, quien sostuvo que el país tiene enormes oportunidades para promover la “descarbonización” de la agricultura, posicionarse a nivel mundial como un líder en este tema y tener oportunidades de acceso a nuevos mercados y a precios diferenciales.
“Por el contrario, en caso de no hacerlo, corremos el riesgo de perder mercados y tener un castigo sobre los precios por no poder acceder a ellos”, advirtió.
Idígoras se refirió a diferentes iniciativas de las que participan los exportadores, entre ellas el Programa Argentino de Carbono Neutro, 100% privado, coordinado por las siete Bolsas de Cereales del país y la Bolsa de Comercio de Rosario.
“En caso de no implementar programas de este tipo, corremos el riesgo de perder mercados y tener un castigo sobre los precios de los productores que vendemos.”
“Hay un tema que ha crecido con muchísima importancia más allá del carbono neutro, que es el de las cadenas libres de deforestación, y en eso hay que trabajar fuerte”, anotó el experto. Precisó que “Europa lo está pidiendo: quieren que en los próximos tres a cuatro años podamos dar garantías de que la soja, el maíz y el resto de los cultivos se producen libres de deforestación ilegal”.
Idígoras indicó que éste es uno de los temas que está en la agenda de la Conferencia Mundial de la ONU sobre Desarrollo de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles, que se hará en septiembre en Nueva York.
“No nos quedemos quietos, el mercado ya decidió. Sino, la Argentina va a pagar muy caro los costos de esa decisión. Avancemos hacia una agricultura carbono neutro, porque ese es el gran objetivo y será un gran beneficio para todos”, recomendó.
Emisiones en la cadena del maíz
En el evento también participó Manuel Ron, presidente de Bio4 (una compañía que produce etanol a partir de maíz en Río Cuarto, Córdoba) y co-fundador de Carbon Neutral Plus, una startup creada en 2018 “para ayudar a las empresas a medir su huella de carbono, a reducir sus emisiones, y a compensar las que tienen a través de certificados de energía eléctrica”, explicó.
“En Bio4 ya somos parte del programa Carbono de Bayer, a través de algunos lotes de maíz en los que venimos intensificando las rotaciones y haciendo una agricultura que fije más carbono”, precisó.
La huella de carbono que genera la producción de maíz en la zona de Río Cuarto -enumeró Ron- proviene en un 3% de las semillas, 27% de los residuos de cosecha, 7% de los combustibles, 11% de los agroquímicos, y 52% de los fertilizantes.
“En Bio4 ya somos parte del programa Carbono de Bayer., a través de algunos lotes de maíz en los que venimos intensificando las rotaciones y haciendo una agricultura que fije más carbono.”
Ron explicó que, en el caso de la huella de carbono que deja la producción de etanol, 40% proviene de la agricultura. “El otro 60% corresponde al proceso industrial de transformar el grano, sobre todo en almidón de maíz y no tanto la burlanda y el etanol en sí mismo”, explicó.
La clave para mitigar la huella de carbono en la agricultura y también en la ganadería, dijo Ron, pasa por “obtener mayor productividad por hectárea”, reduciendo las labores, utilizando herramientas como FieldView para hacer un uso de los insumos por sitio específico y hacer más eficiente la fertilización nitrogenada, que es una de las principales fuentes de emisión. Para Ron, “el primer paso siempre es medir cuánto carbono se está emitiendo”.
El programa PRO Carbono, de Bayer, será una herramienta clave para transitar por este camino de sustentabilidad que será ineludible en poco tiempo más para todos los actores de la cadena agrícola. Habrá que demostrar que se reduce el impacto ambiental. Quien no lo haga podrá adquirir bonos de carbono en el mercado, ofrecidos allí por quienes hayan podido reducir su huella. De esa manera, podrán hacer una compensación.
Pero el camino apropiado, y el que ahora comienza a estar más al alcance de todos, es el que cada uno tiene que recorrer. Y Bayer puede ser, con PRO Carbono, un socio estratégico para transitarlo con eficiencia y buenos resultados, para llegar a la meta con los objetivos cumplidos. ©